Aislando, focalizando ... cada vez más.
Fotos: Flores Silvestres de la Zona Central de Chile.
Uno de los principales desafíos de la fotografía es lograr componer una
imagen, en un rectángulo, que entregue un mensaje claro y definido a quien la
mire. Para muchas personas, incluyendo fotógrafos con experiencia, encontrarse
de frente con un espectáculo de floración exuberante plantea el desafío de poder
plasmar en ese reducido y limitado rectángulo, una imagen que refleje la
experiencia de haberse encontrado con estas hermosas flores.
Tú mismo te lo imaginas. Ves esos colores por todos lados, sientes el olor de
las flores, la brisa y tantas otras dimensiones, que simplemente, cautivan. Lo
que más quisieras es poder capturar esa sensación y compartirla. O al menos,
volver a vivirla en otro momento, incluso cuando ya las flores no estén.
Entonces, esta idea me motivó a compartir con Uds. mi propio proceso de
fotografiar un campo de Mostazas Silvestres (Sinapsis arvensis), con el
propósito de que cada uno de Uds. tome sus propias conclusiones y ojalá logre
plantearse nuevos ángulos y modos de composición para la próxima ocasión en que
quieran compartir en fotografías la experiencia de abundancia natural.
Entonces ...
Llegué al campo de flores, cuyo amarillo intenso era visible a la distancia.
Tomé mi cámara y capturé la primera toma sin pensarlo demasiado. Fue una foto
que incluyó el manto de flores, intentando cubrir el espacio de la fotografía de
derecha a izquierda. Mirando el resultado vi que en efecto cubrí de amarillo el
espacio, pero se perdía la sensación de flores. Ninguna era totalmente distinguible,
ni se destacaba sobre las otras, y a la
vez, el amarillo podría parecer cualquier cosa ... eh, amarilla.
Vamos afinando el ojo. Primero, me agaché un poco y utilizando el gran
angular de mi cámara, tomé una nueva foto en la cual el manto de flores cubre
más de la mitad del espacio de encuadre, pero dejando una porción para un cerro
lejano y el cielo (ver primera foto de la derecha), a la vez que las flores en
primer plano se reconocen claramente. OK, me gustó más.
Pero quise seguir probando algo distinto. En lugar de gran angular, aproveché
el otro extremo del rango de mi zoom para tomar una foto con 100mm y poca
profundidad de campo. Con esto logré disminuir la distancia aparente entre las
flores y el cerro del fondo. Además, permitiendo que varias de las pequeñas
flores queden en foco perfecto y se alcancen a notar más (ver segunda foto). Me pareció empezar a
sentir el olor de las flores. O algo así ...
En mi siguiente toma (tercera foto) me olvidé del cerro del fondo y compuse de modo que se
logren destacar algunas flores, permitiendo al espectador conocer la flor en
cuestión, pero a la vez manteniendo el concepto de la abundancia de flores hasta
donde se pierde la vista. Para ello, me agaché un poco más, y con la cámara a
pocos centímetros del suelo compuse hacia arriba buscando destacar unas 4 a 6
flores individuales. Esta me gustó mucho. Creo que podría detenerme con esa
foto, que representa muy bien el campo de flores.
Pero aún costaba dar a conocer la flor en forma individual. Todas las tomas
anteriores se concentran en la abundancia y no en la flor en si. Entonces, llegó
el momento de elegir una específica y fotografiarla. Para mejorar este concepto,
cambié a mi telefoto de 300 mm, lo monté sobre el trípode, e hice la primera
foto de una flor individual. Usé el cielo de fondo, de modo de dejar un mensaje
clarísimo: la flor ... y nada más (cuarta foto de la derecha).
Pero con esa foto nadie puede llegar a imaginarse que esta flor es una entre
cientos de miles de flores. Tomé una nueva foto, esta vez usando unos árboles a
cierta distancia, pero con una profundidad de campo tan reducida que éstos se
veían como un verde borroso sin forma (quinta foto de la derecha). Sin duda,
esto ayudó a destacar la flor y mantener el mensaje claro.
Sólo me faltaba volver a mi primera impresión: la abundancia y exuberancia.
La flor y el paisaje todo en amarillo. Si lograba combinar la flor
individualmente y a la vez sugerir que estaba rodeada de muchas, muchas otras,
entonces tendría mi mensaje preciso. Me enderecé nuevamente, ajusté la altura
del trípode y el ángulo de la toma y capturé nuevamente una flor individual,
pero aún con la profundidad de campo reducida, las flores alrededor no eran
distinguibles. Me preocupé de que la flor elegida estuviese relativamente
aislada y no tuviese otras inmediatamente al lado. Costó encontrar una con esas
características dentro del campo lleno de flores, pero la encontré (foto final a
la derecha y la vertical siguiente).
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Finalmente, con esta foto sentí que lo había logrado. Con esta foto logré
evidenciar una flor individual, pero al rodearla de amarillo difuso senté
claramente la sensación de un campo de estas flores para el espectador. Por
supuesto, aproveché de tomar la versión vertical también.
Misión cumplida ... al menos a mis ojos.
Las Fotografías
Tengo el beneficio de vivir a pocos minutos (en algunos casos, metros) de
algunas de las floraciones más interesantes de la zona pre-cordillerana de
Santiago de Chile. Esto me permite con bastante facilidad ir observando la
evolución de la floración a medida que pasan los días, desde que aparecen las
primeras flores, hasta que se destapa el color de miles de miles de flores. Por
ello, puedo intentar en diferentes momentos hacer fotos para ir afinando mi
propia focalización en el sujeto principal: la flor.
© 2007 Rodrigo Sandoval - www.RodrigoSandoval.com
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